De Felippe también se mostró molesto por su expulsión: “Estoy caliente, me echa el árbitro por haber hecho una corrección a un jugador. Después dicen que nos ayudan… por eso hay que mirar los partidos”.
El técnico del Ferroviario remarcó la dificultad de competir contra equipos de mayor presupuesto: “Cuesta armar una estructura contra planteles con jerarquía. Nosotros necesitamos crear cinco o seis situaciones para convertir una, y ellos con una ya te lastiman. Esto se gana con goles, y a veces hay que salir a comprarlos; si no invertís, es muy complicado”.
Pese al resultado adverso, el entrenador valoró la competitividad de su equipo: “En el entretiempo cambiamos la forma de jugar y le sacamos la pelota a Vélez, pero nos mataron con la pelota parada. Fuimos competitivos, supimos neutralizar el partido y creamos situaciones claras que no convertimos. El fútbol es así, hoy estuvimos a la altura pero no alcanzó”.
De esta manera, Central Córdoba se va de Rosario con bronca por la final perdida, aunque con la sensación de haber competido de igual a igual y con el objetivo de enfocarse nuevamente en el Torneo Clausura de la Liga Profesional.