Lo de Neymar ya roza lo épico. El astro brasileño pasó de ser apuntado por las críticas a transformarse en el salvador del Santos, jugando al límite, infiltrado y sin estar al 100% por la lesión en el menisco de la rodilla izquierda. Aun así, decidió estar en estas últimas fechas del Brasileirao. Y vaya si se notó: metió un hat-trick en el 3-0 ante Juventude y dejó al Peixe a un paso de la permanencia.
El partido no había sido fácil. Santos chocó con un Juventude duro, cerrado y que no regalaba espacios. Al entretiempo, el 0-0 desesperaba al Vila Belmiro. Hasta que apareció él. A los 10 minutos del complemento, Neymar acompañó una gran contra, recibió el pase atrás de Guilherme y sacó un derechazo que, tras un desvío, se metió en el ángulo derecho para abrir el partido y encender al estadio.
Nueve minutos más tarde, otra contra letal: Vinicius condujo con velocidad y habilitó a Ney, que atacó el espacio y definió cruzado, de primera, contra el primer palo. Y a los 28’, completó su noche soñada desde el punto penal para sellar el 3-0 y su triplete. Cinco goles en sus últimos tres partidos, jugando lesionado. Un nivel descomunal.
Más allá de su brillo individual, el impacto en la tabla es enorme. Con esta victoria, Santos llegó a 44 puntos, se alejó de la zona roja y depende de sí mismo para salvarse. Le sacó dos unidades a Vitória, que hoy sería el último en descender, pero además tiene una mejor diferencia de gol (-8 contra -13), lo que le permite inclusive asegurarse la permanencia con un empate aunque Vitória gane.
Ahora, todo se define ante Cruzeiro en la última fecha. Si Santos gana, seguirá en Primera. Si empata, también. El objetivo está ahí, al alcance de la mano. Y mucho tiene que ver un Neymar que, aun lesionado, volvió a ser decisivo como en sus mejores tiempos. Una verdadera demostración de amor por los colores.
